miércoles, 29 de agosto de 2012

CUANDO LA DEMOCRACIA NO VALE NADA


Resulta sintomático que la efigie de Guy Fawkes tras la que se enmascara el justiciero protagonista de V de Vendetta se haya convertido en símbolo de los nuevos disconformes. En el citado cómic de Alan Moore (y en su adaptación cinematográfica firmada por los hermanos Wachowski) el triunfo de la voluntad popular tiene su expresión culminante en la voladura del parlamento británico. Hacer que salten por los aires las actuales instituciones es, para muchos jóvenes (y no tan jóvenes) indignados, una opción aceptable una vez se ha asumido que el orden democrático en el que vivimos es equivalente a la democracia falsificada que Alan Moore presentó su  antiutopía V de Vendetta. Alarmante pero no tanto como constatar, mediante un análisis siquiera somero, que a día de hoy la democracia (tal y como está instituida) no complace a casi nadie.
       A la derecha se ha virado hacia la involución y se propone abiertamente desandar el camino recorrido de 1975 para acá.  El zafio discurso de la España desangrada por reyezuelos autonómicos ha cobrado una fuerza inusitada y cuenta, incluso, con la complicidad de intelectuales hasta hace poco caracterizados por su prudencia y buen tino. Se pide el fin del Estado de las Autonomías, que es tanto como exigir el regreso a la oscuridad preconstitucional. No sólo eso. La presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, siempre presta a ejercer el gamberrismo político, propone lo mismo que el Mussolini de 1928: la jibarización del Parlamento.  ¡Menos diputados, menos políticos! es el grito de guerra de un autoritarismo que ya se insinúa sin ambages y que hace de la crítica a toda la clase política su seña de identidad.
       A la izquierda, mientras tanto, está la agitación callejera que, directamente, propone tomar en septiembre el Congreso de los Diputados como si del Palacio de Invierno se tratase y está la socialdemocracia en una deriva que incluye la apelación recurrente a una difusa mano tendida, a un entendimiento con el actual ejecutivo. Gobierno de concentración, sugieren algunos. Lo cual, volvemos a lo mismo, significaría vaciar de contenido la democracia y enviar al electorado el demoledor mensaje de que, hasta nueva orden, se suspende toda discrepancia entre Gobierno y oposición; es decir, se suspende el ejercicio de la democracia.
       Claro que eso es abiertamente lo que defienden desde los verdes campus anglosajones esa especie de lobby liberal que es Fedea/Nada es gratis (Garicano y compañía). Sin ningún tipo de tapujo estos destacados economistas exigen que se entregue el Gobierno a tecnócratas y se impida que el populacho interfiera en su acción. Todo ello sostenido en el argumento de que la política económica es una suerte de matemática que sólo los expertos saben manejar.
       Así las cosas, a izquierda, derecha y centro, la convicción de muchos es que el sistema está podrido y que la democracia tal y como la hemos entendido hasta hoy no vale. No resulta exclusivo de España este brote, si eso tranquiliza a alguien, ahí está ese Frente Nacional francés crecido hasta el horror o el caso de los griegos que, puestos a entregarse a la devastación, han decidido ornar su parlamento con un partido de estricto nazismo. Aquí, de momento, las formaciones políticas tradicionales aguantan, veremos por cuánto tiempo.
       Porque se está produciendo lo que los viejos marxistas (con perdón) solían anunciar: la crisis económica, al agudizarse, se está convirtiendo en crisis sistémica. A la búsqueda de culpables de este desastre en el que nos vemos inmersos, la clase política resulta señalada en primer lugar. Pero detrás van la judicatura, la monarquía, las fuerzas del orden, la administración publica en general.
Como en los años 30, una vez más, la democracia ha dejado de importarnos. Si lo que el sistema nos ofrece es padecimiento, que quiebre el sistema. En un país que se asoma a un empobrecimiento vertiginoso, ese es el razonamiento que va calando en amplios sectores de la opinión pública.
       Se trata del precio de la desigualdad. La indiferencia de Alemania y otros países prósperos ante el sufrimiento de sus socios mediterráneos tiene un coste. La desigualdad se paga, de un modo u otro. Con sublevaciones, con gobiernos autoritarios, con una Europa de nuevo agitada por pulsiones totalitarias. ¿Exageraciones? Ojalá. Pero el fuego se atiza en las tertulias, en las redes sociales y en las conversaciones de barra de bar y no sería extraño que, de algún modo, prendiera la pólvora que porta el fantasma de Guy Fawkes.

      

miércoles, 8 de agosto de 2012

¡QUIERO LA CABEZA DE SÁNCHEZ GORDILLO!

La acción de pillaje que ha encabezado el diputado andaluz Juan Manuel Sánchez Gordillo es la agresión más grave que ha sufrido la democracia desde hace mucho tiempo. Robar chóped en un supermercado constituye un crimen aborrecible y resulta del todo lógico que en un caso así el ministro del Interior se ocupe personalmente del asunto e inste a la inmediata captura de los sediciosos y de su cabecilla. ¡Quiero la cabeza de Sánchez Gordillo!, ha bramado el ministro Jorge Fernández Díaz sudando tequila con la cara de El Indio Fernández, a punto de sacar la pistola.
Sánchez Gordillo está, mientras tanto, transmutándose en un Emiliano Zapata al que le han robado el caballo blanco pero no las cananas y mete miedo a las viejas del barrio de Los Remedios e irrita a los señoritos y desconcierta la tropa tibia de esa izquierda desmochada que cavila todavía a qué lado hay que estar en Siria y, claro, se despista de lo que pasa por España y no sabe si lo de Gordillo está bien o mal. Por contra, recibe Sánchez Gordillo parabienes de la gente normal, harta de ver a Jaume Matas paseando por Miami y cosas así de repulsivas.
¡Mamá, demagogia!, musitan los moderados pero, hijos míos, vivimos tiempos convulsos y robarle al señor Roig unos cuantos garbanzos no creo que sea para tanto. Recurramos a la frase hecha: ¿qué es más delito, atracar un banco o fundarlo? Que se lo pregunten a los de Bankia.
De todos modos, a mí lo que más me ha impactado del asunto del asalto al supermercado ha sido contemplar en las imágenes el celo inusitado con que una trabajadora del centro trata de impedir que se lleven las galletas maría, como si se las estuviesen quitando de su propia boca hambrienta. Por Dios, qué entrega a la causa de la patronal. Sr. Roig, suba el sueldo a esa empleada.
España es un país surreal y con tendencia al folclore trágico. Vuelve El Tempranillo pero  vuelve porque también ha regresado (o está a punto de regresar) la Andalucía de niños con el culo al aire que espantan moscas royendo un mendrugo de pan. Exagero, claro, pero son tantísimos los que están padeciendo gravemente esta crisis. Así que, hala, si hay que apoyar a alguien, me quedo con nuestro buen salvaje Sánchez Gordillo antes que con esos portavoces del Partido Popular que le apuntan con el dedo justo después de sugerir que a los inmigrantes habría que dejarles morirse de cáncer. No, no, no. Por lo menos Sánchez Gordillo tiene buen fondo. Es algo bestia, eso sí, pero qué le vamos a hacer.
Y todavía queda por disfrutar de la inminente estampa del prendimiento: Sánchez Gordillo, barba en flor y camisa abierta hasta el ombligo, a pecho descubierto, manos a la espalda, grilletes en ambas muñecas y dos números de la Guardia Civil flanqueándole. Sólo pedir que, en aras de la estética y por deferencia a los periódicos extranjeros, dichos agentes de la Benemérita luzcan el tradicional tricornio de charol y se haga la fotografía bajo el sol de plomo de la campiña sevillana. Muchas gracias.

miércoles, 18 de julio de 2012

 
            ¿DÓNDE ESTÁ EL PUNK CUANDO SE LE NECESITA?
         Harto ya de estar harto ya me cansé lo que pasa es que, al contrario de Serrat cuando vasilaba con su pelo largo y su camiseta blanquipop, yo ni tengo veinte años ni puedo permitirme vagabundear por más tiempo pues se me acaba el subsidio del desempleo, así que decidme: ¡¿dónde está el punk con el que vomitar toda esta ira social que me sacude?!!!
       Cuando yo era pequeño había grupos punkis que se metían con la policía y rimaban “puta sociedad/es una asquerosidad” y rompían escaparates a pedradas sin importarles que tal entretenimiento juvenil estuviese severamente condenado por Joaquín Luqui (que nos mira desde el Cielo). ¿Y ahora? En medio de la mayor hecatombe social y económica que hemos vivido en años, el rock, el pop y la canción melódica guardan silencio. Bueno, Russian Red salió a decir que ella es de derechas. No me extraña. La verdad es que todo el pop modernito tiende al derechismo o más concretamente atufa a pequeñoburgués, clasista y facha, como ustedes prefieran y que me perdone el Rockdelux. Son todos (o casi todos) chavalitos de Barcelona con vastos conocimientos sobre complementos de moda y gafas y marcas y deseosos de ser patrocinados por Rayban (qué chulo) y en su inmensa mayoría se dedican a la recreación paródica pero donde hay parodia no hay verdad ni sitio para el coraje aventurero del rock y el punk o sale, más bien, el punk chorra que tuvimos en la Transición o Movida Madrileña, es decir, esa Alaska de Dios a la  cual todavía nos encomendamos y encima ahora acompañada de un novio mariquita y unos amiguetes en plan Warhol mal digerido, como The Factory con churros. Disculpen si me estoy pasando de la raya pero una digresión sobre la ausencia del punk no puede eludir un cierto tono punk y estoy hasta los mismísimos cojones de baladitas folkies, Beach House, el Sonar, Primavera Sound y toda esa mierda edulcorada que no es otra cosa que los toros y la verbena con limoná de cuando el 98 y Baroja, la multitud feliz y contenta mientras la colonias caen. Coño, que la gente hasta va con niños a esos festivales, que me acerqué al Universimad a ver a Deluxe y Nacho Vegas y había bebés y no al estilo Woodstock, chupando de la teta como criaturas watusis, no, estoy hablando de bestezuelas con miniconverse’s en los pies dentro de carritos conducidos por padres con gafas de pasta y madres tatuadas, y no, no, no, no y mil veces no, por muy moderno que sea usted, por Dios, lleve a sus hijos al teatro a cantar con el peluche de Gerónimo Stilton, esto es otra cosa, ¡esto debiera ser otra cosa!
  El rap ni está ni se le espera. El rap en mi época era Public Enemy escupiendo su fight the power y Rosie Pérez lanzando fintas con guantes de boxeo, ahora el rap (creo) son chistes y competiciones de meadas aunque tal vez siga suponiendo nuestra última esperanza.
       ¿Dónde esta el punk cuando se le necesita? ¿Dónde la protesta? Leí en el fenecido (y en breve resurrecto) diario Público que los cantautores pop se habían dado a la protesta feroz pero luego escuché lo que decían y o no lo entendí o eso no es lo que yo considero protesta. Sr.Chinarro, decían, está de lo más marxista-leninista-pensamiento Enver Hoxha. Y yo sin comprender nada. Porque la protesta tiene que ser obvia, no valen subterfugios, no valen sutilezas, véase Gallo negro, gallo rojo o L´Estaca o, si no, miren a los fabulosos Ska-P. A mí siempre me gustaron los Ska-P porque su Vals del obrero conectaba de inmediato con mi corazoncito de chaval de Vallecas emigrado a los barrios altos por equivocación. Los del Tentaciones arrugaban la nariz mientras bramábamos “este es mi sitio/ esta es mi gente/ somos obreros/ la clase preferente” pero es que los del Tentaciones siempre han vivido en los barrios altos (o aspiraban a ello) y por eso sólo una vez desfruncieron el ceño y dedicaron un par de páginas a los mohicanos de Vallecas haciendo hincapié en que petaban grandes auditorios en América Latina.
       ¿Dónde está el punk, dónde la banda sonora de una sociedad con un pie en el apocalipsis social? ¿Qué escuchan los canis y demás entes del polígono que se dedican a consumir vorazmente cubos de botellines de cerveza en La Sureña (3 euros=5 botellines)? Esa es otra. Porque me temo que el empeño en construir esa cultura acumulativa propiciada por internet (tengo 200 millones de canciones en el ipod, tío) ha aniquilado la pasión por la música. En mi adolescencia se regalaban discos, lo juro. ¿Cuándo fue la última vez que regaló usted un disco, cuándo se lo regalaron a usted? ¡Si ni siquiera hay tribus urbanas!
       ¿Dónde está el punk cuando se le necesita? Al menos en la radiofórmula había huecos por donde colarse a escupir al sistema, ahora ni eso. Bueno, están Amaral y Pereza y tal. O El Canto del Loco. Grupo al que suelen atizar a conciencia los modernos aunque no creo que haya gran distancia entre su propuesta y la de más de un indie patrocinado por San Miguel. Yo qué sé.
       En fin, necesitaba desahogarme. Ahora me pondré el God save the queen de los Pistols y London Calling de los Clash (soy previsible, ¿verdad?) y a lo mejor también algo de los Ramones. Sólo pido eso. Que alguien levante la voz y que la música vuelva a ser, realmente, cultura popular presta a apoyar toda insurrección necesaria y no solamente melodía de ocasión para la promoción publicitaria de un refresco.

jueves, 12 de julio de 2012

POLIS CONTRA SKATERS

Hey, mirad esto: http://vimeo.com/45610208. ¿A qué mola? Madriz me mata. La poli es azuzarla y el pim pam pum está asegurado. Be revolutionary, be cool sugieren los signos en las camisetas de los nuevos disconformes. Por la mañana hubo miedo y asco en la carrera de San Jerónimo y mientras el presidente procedía a anunciar la demolición de España, un Rubalcaba momificado farfullaba desde la tribuna, falto de fuelle, extenuado, todavía en el ensueño pactista de la vieja Transición o de los días amables en que banqueros y constructores fumaban cohibas en el palco del Bernabeú, aquellos dulces días de vino y rosas que (¡ay!) no volverán. Claro que ya en las calles, a esa hora, los mineros dejaban un propina de sangre y embestían como mihuras contra los uniformados, doblándoles la porra y obligando a los agentes a desahogarse golpeando a mujeres, niños, ancianos y disminuidos mentales. Luego también sucedió que los políticos del Gobierno tuvieron que salir por la puerta de atrás del Congreso porque delante de los leones aguardaban funcionarios iracundos. Cundía la indignación por doquier en la ciudad y hubiera podido reventar  un 2 de mayo de navajas y modistillas destripando caballos con las tijeras pero hacía un calor que no veas, todo llegará, en septiembre nos vemos, a la vuelta de Santa Pola. En los bares, al mediodía, los parroquianos chupaban las cabezas de gamba con especial inquina y en los televisores los tertulianos con corbata doblaban la testuz con los pantalones por los tobillos. Grrrrr. La ciudad hervía y ya por la noche el hervor se tradujo en algunos fuegos fatuos que la policía aplastaba con los pies, con la rabia de quien le han quitado una paga extra y encima tiene que hostiar a los que protestan por ello. Cumpliendo con su obligación los agentes antidisturbios acometieron una batida inmisericorde a lo largo y ancho del centro de Madrid, Gran Vía e inmediaciones, empleándose a fondo con las ancianas y los cojos, es la hora de las tortas (como dijera La Cosa), y allá que se encontraron a un mogollón de skaters esperando para entrar al cine y la emprendieron a palos con ellos. Fue, creo, el momento culminante de una jornada rica en iniquidades. Polis contra skaters, polis fuera de sí ante los flequillos de una chavalería yeyé, polis enfurecidos ante la simple visión de una horda tatuada y con gorra que les envió a tomar por culo cuando fue cargada injustamente. Madriz me mata. Vas al cine con tu tabla y acabas recibiendo un par de porrazos en la espalda. Madriz huele a revolución y a gambas a la plancha, los turistas asisten con curiosidad al espectáculo del disturbio callejero, Mariano Rajoy Brey ya tiene su lugar en la Historia y no me extrañaría que fuese apodado Mariano El Breve pues las costuras le van a apretar tanto a la ciudadanía que a lo mejor la ciudadanía prefiere romper escaparates antes que convertirse en mano de obra esclava y sin merienda. Madriz me mata, camaradas. Be revolutionary, be cool.

lunes, 11 de junio de 2012

LUNES, DESPUÉS DEL RESCATE

Cuenta Baroja en El árbol de la ciencia que, mientras España perdía sus últimas colonias y se consumaba así el desastre del 98, los españoles se iban tranquilamente a los toros. Al de la boina esto le irritaba tremendamente. Bueno, somos así. Oscilando siempre entre el dramatismo y la despreocupación. Todo es trágico en apariencia pero, a la vez, en el fondo, nos importa un bledo. Lo digo porque, al final, hubo rescate y seguimos tan campantes y no sólo eso sino que la prensa española (la de derechas), como en el 98, se entrega con aplicación a disfrazar la realidad . Un empate de mierda contra Italia es ensalzado como gesta futbolística heroica y el rescate, nada, una cosita sin importancia y, si me apuran, un exitazo sin precedentes de don Mariano Rajoy. Ya de traca es el titular del diario El Mundo: 'Aguanta, somos la cuarta potencia de Europa, España no es Uganda'. Es el texto de un SMS que supuestamente envió el presidente del Gobierno a Luis De Guindos durante las horas críticas en las que el Eurogrupo debatió cómo arreglar la avería financiera que nos martiriza. Resulta evidente que Rajoy está incapacitado para toda épica y que si su aportación a los libros de Historia ha de resumirse en esa frase, aviados vamos. Ni "sangre, sudor y lágrimas" ni "paz, piedad y perdón", no. "España no es Uganda". Un país como Dios manda, podría haber añadido en aras de la fidelidad a su propio estilo.
Luego dijo, en solemne rueda de prensa:"me voy a la Eurocopa tras haberse resuelto la situación". La verdad es que, por muy gallego que sea, no puede negarse lo profundamente español que resulta Rajoy en estas situaciones. A un español no le quitas del fútbol (o de los toros en tiempos de Baroja) ni en medio de la peor de las catástrofes. Como bien señala el refranero, ante la adversidad lo mejor es no tomarse las cosas muy a pecho: porque, al final,  ni muere padre ni cenamos. Pues eso.
Aunque tal vez la broma le acabe por salir cara a Rajoy y los españoles no se muestren tan conformes con este tipo de actitudes. No por lo de irse de juerga deportiva en medio de la hecatombe sino por la tendencia al ocultamiento que muestran Rajoy y sus ministros.Si algo no soporta el elector español, es el engaño. Jódele de mil modos distintos pero no le tomes el pelo (ahí está como ejemplo el 11M). Así que esta estrategia de no llamar a las cosas por su nombre y ejercitar una suerte de trilerismo que despiste al sufrido ciudadano, puede conducir al gobierno de Rajoy a un callejón sin salida.
Pero bueno, ellos verán.
Por lo pronto, hay fútbol con el que entretenerse.
Y, por cierto, Uganda solicita excusas.

jueves, 7 de junio de 2012

IRA A TODA VELOCIDAD

Escribo muy deprisa para que no se me olvide nada. Esperanza Aguirre va a ahorrar en vacunas y yo me acuerdo de cuando era pequeño y de niños que jugaban al fútbol con hierros en la pierna, alcanzados por la polio, en el ocaso de una España pobre, y supongo que exagero y, sin embargo, no me entra en la cabeza ahorrar en vacunas, aunque sea la del neumococo, disculpen la demagogia. Tampoco me gusta que se les baje el sueldo a los funcionarios, señalados una y otra vez como culpables de una vagancia que, seguramente, sea mucho más atribuible a altos directivos que incrementan sus ganancias en empresas semiquebradas. Y qué decir de recortar las becas que permiten a los críos comer en la escuela. Resulta miserable y de nuevo excusen la falta de templanza pero escribo iracundo porque, además, Esperanza Aguirre ha presentado esta batería de recortes con esa sonrisa gamberra que tanto le gusta exhibir, sin mostrar siquiera un mínimo de piedad. Lo de comer o no comer en la escuela tiene también su derivada en Cataluña, donde en los colegios se va a facilitar a los críos ir con la tartera a clase porque muchos padres ya no pueden pagar el comedor. Niño rico, niño pobre; comedor o tartera. Que vayan aprendiendo que hay clases. El otro día alertaban unos economistas expatriados a los verdes campus estadounidenses y anglosajones acerca de que, si no nos conformábamos, nos echarían del euro y volveríamos a la España de los 50. Bueno, la España de los 50 es esta de la tartera, el chusco de pan y el membrillo a la hora de la comida, y sólo aquellos que puedan pagárselo, al comedor. Y los que ni tengan para llenar la tartera, que coman sobras. Ya, ya sé, hiperbolizo pero lo hago porque así se entiende todo mejor. Y luego está otra de las ocurrencias de la presidenta madrileña, jibarizar el parlamento regional reduciendo el número de escaños. Porque la gente, dice la lideresa, "está harta de los políticos, quiere que nos vayamos todos". Pues nada, si la gente quiere eso, demos a la gente lo que quiere, y ahorremonos parlamentos y suspendamos temporalmente la democracia, hasta que tengamos dinero para permitírnosla. Yo no sé a ustedes pero a mí, de natural sanguíneo, en días como el de hoy me dan ganas de tomar la Bastilla.

martes, 5 de junio de 2012

NO HAGÁIS RUIDO, QUE EL 15 M ESTÁ DORMIDITO

Atomizado, de vez en vez falto de fuelle, el 15M se repliega a las confortables plazuelas de barrio y a las profundidades abisales de la red de redes, donde el eco de los afines amplifica toda bulla. En twitter sí se puede ser feliz y hace menos calor que en la calle. El aniversario quincemayista fue como esas fiestas de ex alumnos que alguien organiza a través de facebook. Surge una euforia de reencuentro y todo el mundo se promete nuevas citas pero a la posterior convocatoria sólo van cinco. Estuvo muy bonito lo de la Puerta del Sol, fue emocionante, regresamos los mismos y alguno más se incorporó a la verbena reivindicativa. Pero ah. Ni siquiera la policía se empleó con la misma contundencia, cuatro porrazos desganados y a casa. ¿Qué ha pasado? Pues que el 15M, más allá de sus eficientes grupos de choque aún activos (colectivos antidesahucio, #15mpaRato, etc), se ha sumido en el letargo a falta de una estrategia clara.
Se veía venir. El gran 15M, el original, se nutrió de la indignación de las clases medias, acogotadas por la crisis, y dejó fluir en sus asamblearismo toda corriente crítica con un sistema que colocaba al borde del abismo a la mayoría de la población. Y el sistema tomó nota, tomaron nota los partidos políticos y se logró, como mínimo, imponer una agenda ciudadana en la discusión política.
Pero luego el 15M, de vuelta a los barrios, acabó sumido en una inercia de secta vegetariana, con enorme preocupación por los huertos urbanos y las bicicletas. Cuestiones ambas con las que simpatizamos muchos pero que resultan del todo secundarias en medio de esta hecatombe que amenaza con condenar al retroceso social a varias generaciones. El colmo de la tontería supuso leer en el periódico una propuesta de grupos de barrio que consistía, básicamente, en comer de la basura.
Así que el 15M duerme y, espero, despierte a tiempo, ahora que Montoro admite que tendrá que ejecutarse un difuso rescate a cambio de colocarnos gruesas cadenas para que no nos movamos. Porque el clamor de la calle ha de persistir y así mantener la democracia viva. Un día y otro presuntos sabios sugieren gobiernos de coalición, sanedrines de expresidentes, una administración de técnicos, erradicación de toda discrepancia, la economía entendida como una ciencia exacta que sólo funciona con los apriorismos del consenso liberal. Y lo peor es que la socialdemocracia, por enésima vez, se halla en la tentación de aceptar tal mandato por miedo a quedar extramuros del sistema. Con el peligro de que sus electores, si son triturados convenientemente, acaben votando a Amanecer Dorado o esa extravagancia que es UPyD, cuyo programa electoral se resume básicamente en mantener a Rosa Díez sentada en un escaño hasta que se jubile.
Así que la calle ha de mantenerse vigilante, quitarse las legañas, seguir en la pelea y no ceder a los entusiasmos marginales sino aspirar a una movilización verdaderamente mayoritaria. El 15M se reinventará o resucitará, quién sabe, pero, por lo pronto, da la impresión de dormir plácidamente y eso resulta, tal como están las cosas, de lo más peligroso.

viernes, 1 de junio de 2012

DICE EL PERIÓDICO QUE LA DEMOCRACIA NO VALE

En primera página del diario El País claman al cielo unos economistas españoles expatriados a la feliz Arcadia de los verdes campus anglosajones y estadounidenses. No queremos volver a la España de los 50, advierten. Frase que, por supuesto, suscribe cualquier persona en su sano juicio y que ya anticipa un tono admonitorio a lo largo del artículo, repleto de reproches a los discrepantes con la ortodoxia prusiana de la austeridad, a quienes que se acusa de lloricas y de estar promocionando el Armagedón. Jesús Fernández-Villaverde, Luis Garicano y Tano Santos alertan sobre el desastre que supondría que España saliese del euro. El problema es que, entre sus argumentos, se mezclan el legítimo análisis económico con la difusa denuncia de una supuesta incapacidad genética de los españoles para gobernarse con eficiencia en el marco de una democracia convencional. Sostienen estos economistas que una España fuera del euro sería un país "con ingresos bajos, derivados del turismo, con baja productividad, bajos costes y con un control brutal ejercido por los caciques locales, que controlarían los monopolios de la nueva economía cerrada". ¿Quiénes son esos caciques locales a los que se refieren? Misterio. Después añaden que sólo acatando lo que desde Europa se nos exige estaremos protegidos de un "peronismo empobrecedor" que amenaza con convertir a España en una Argentina a la que se refieren (cómo no) despectivamente. Y ante tan gravísimos peligros hacen su propuesta: "Necesitamos urgentemente un nuevo Gobierno, con apoyo de todos los partidos mayoritarios y de nuestros expresidentes, compuesto por políticos competentes y técnicos intachables". Lo cual, básicamente, significa dejar la democracia en suspenso, prohibir toda discrepancia y entregar el poder a los tecnócratas. O sea, la eterna cantinela de esos economistas que, en el fondo, piensan que los pueblos no pueden gobernarse por sí solos en situaciones críticas.
Para no volver a la España de los 50, según La cuarta página del diario El País, hay que volver, curiosamente, a un concepto de democracia muy similar al de la "democracia orgánica" que imperaba en la España de los 50.
O al modelo italiano, donde sin elecciones se ha colocado a un tecnócrata en el poder sin que, por el momento, se haya solucionado gran cosa.
O al modelo chileno, el de Pinochet y la Escuela de Chicago, si nos ponemos demagogos.
El artículo de El País es, desde luego, interesante y valioso en lo que tiene de pronóstico económico sobre lo que la salida del euro podría suponer para España. Ningún inconveniente en admitir ese panorama de catástrofe que se plantea. Inconvenientes todos si lo que se pretende es que admitamos que España tiene una clase política más putrefacta que la de otros países o que en la masa de la sangre (como decían los curas antiguos) cargan los españoles con una tendencia al caciquismo inexorable. Ninguna de las dos cosas está científicamente probada, que yo sepa.
Como argumento último de autoridad se recurre, además, qué sorpresa, a Ortega y su apuesta por Europa como solución. Y sí, Europa es la solución pero sólo si Europa se construye en pie de igualdad y si Alemania acepta, de una vez por todas, asumir su cuota de solidaridad con respecto a una tropa que, cuando venían bien dadas, ayudó a enriquecer sus arcas.
Claro que todo esto que escribo, replicarán desdeñosos los catedráticos que alertan en primera de El País, sólo es la opinión de un profano. Y, según estos sabios, si no queremos volver a la España de los 50, hay que impedir que los profanos opinen.

miércoles, 30 de mayo de 2012

MARU FUERA

A esta hora, con la catástrofe instalada en el sofá cama del salón, no sabemos si finalmente el PSOE apoyará una comisión de investigación sobre Bankia o no pero sí y sí pero no. Lo que conocemos es que Rubalcaba quiere a Maru fuera, por chivata. Rubalcaba ha bordado ante las cámaras su papel de pérfido Richelieu de Los Mosqueperros, con bigotes de raposa y todo, y la derecha ha bufado gozosa. Maru fuera. El caso es que el ciudadano de a pie, entre churro y churro del desayuno, no entiende nada y mucho menos por qué el PSOE no hace oposición y por qué en Estados Unidos sentaron en el banquillo de una comisión parlamentaria a los de Lehman Brothers y aquí Blesa, Rato, Olivas y demás adinerada tropa se tuesta al sol de este veranito tan rico que se ha anticipado.
Rubalcaba pretende ejercer la oposición en "modo friendly" supongo que (dirá) por responsabilidad. Rubalcaba pertenece a esa generación de políticos con la Santa Transición incrustada en la cabeza y venera los grandes pactos. Pero está crisis ha demolido todas las certezas anteriores y, en medio del marasmo, los votantes quieren una oposición que fiscalice, que actúe, que no se contagie del pánico que hace sudar a Rajoy en las ruedas de prensa, que inspire confianza en la supervivencia de un sistema igualitario. A ratos, admitámoslo, el PSOE está donde tiene que estar. En otras ocasiones, opta por maniobras de distracción como lo del cobro del IBI a la Iglesia que, sinceramente, aunque suene muy bien a la progresía laicista, no va a sacarnos de pobres. En el asunto concreto de Bankia, la confusión que provoca en su propio electorado es mayúscula.
En las encuestas el Partido Popular mantiene una tendencia a la baja que le ha llevado a perder un punto al mes en expectativa de voto. Poco, según Génova, pero suficiente como para llegar a las próximas elecciones desfondado. El problema es que el voto del PSOE dibuja la línea de un encefalograma plano. Resulta lógico, tal vez, siendo el partido que gobernó hasta hace nada. Sin embargo, algo tendrá que ver la impresión de que, en vez de reinventarse, el PSOE ha encallado en viejos modos de hacer política que eluden todo riesgo. Tal vez debido a la caduca superstición de que no hay que espantar el voto de centro. Aunque en estos tiempos convulsos, a la que te descuidas, el voto de centro (lo que es decir el voto desideologizado) acaba recalando en el estrafalario proyecto de Rosa Díez o, incluso, en una Izquierda Unida que, sin tapujos, llama al pan, pan y al vino, vino.
Miterrand  defendía que la mitología en torno al voto centrista que inclina la balanza en unas elecciones se interpretaba erróneamente. El histórico líder socialista de colmillos afilados sostenía que primero había que atraer hasta el último voto propio, aglutinar al electorado natural, y luego los votos centristas vendrían dados, seducidos por el discreto encanto de la mayoría. Cortejar al centro suele derivar (sobre todo en situaciones tan extremas como esta que vivimos) en una pérdida de tiempo y electores. Buen ejemplo son los inicios de Zapatero, que en sus orígenes buscó la inspiración derechista de Tony Blair y, para pasmo de sus huestes, se lanzó a firmar pacto tras pacto con el gobierno del PP. No surtió efecto. El PSOE sólo creció en apoyo electoral cuando se sumó a las manifestaciones contra la guerra de Irak y viró su discurso hacia la izquierda.
Rubalcaba quiere a Maru fuera. Las cámaras de televisión le han jugado una mala pasada y la frase, subrayada por una sonrisa mefistotélica, ha tenido un efecto devastador. Pedirá disculpas pero ya es demasiado tarde y el daño está hecho.
El PSOE ha de reiniciarse y transmitir una verdadera imagen de regeneración. Y el relevo también ha de ser generacional. Para eso están ahí gente como Patxi López, Eduardo Madina, Tomás Gómez, Carme Chacón. Tengo un amigo que, cuando le digo esto, siempre contesta: no hay prisa, no hay prisa, no es el momento, esperemos.
Pero no sé si los electores de PSOE, tan huerfanitos de vez en vez, tendrán la paciencia suficiente.

martes, 29 de mayo de 2012

OCASO CARIBEÑO

Si fuéramos alemanes sudaríamos las axilas en la camisa parda que correspondiera o apelaríamos a la tragedia pero hace demasiado calor esta tarde, a inicios de verano, y en el Malecón de Madrid, en los lavapieses donde disparan a los negros y en la Corredera Baja de San Pablo e inmediaciones y en los chamberíes donde truena la gamba al ajillo, en este microcosmos de terracitas semiburguesas y niños que juegan a la pelota y matrimonios tatuados, aquí y a esta hora del ocaso, en la hora violeta del crepúsculo, parece como si nada importase. Estamos asomados al borde del abismo pero la cerveza bien fría atempera nuestros anhelos insurrectos (de momento de momento, nos decimos). Nosotros, el pueblo. Estamos aquí sentados, en el suelo y en los bancos de la plaza y en las sillas metálicas en torno a raciones de patatas bravas y platos con aceitunas y hay quien tritura un hielo en la boca, aromatizado de hierbabuena y ron. Qué más da. La comisión de investigación de Bankia resulta de lo más urgente, opina la mayoría informada. Pero que les den por el mismísimo culo a los banqueros, a los políticos y al Rey de España, añaden los descreídos, que son casi todos porque hace una temperatura buenísima ahora que ha caído el sol y por detrás de las antenas asoma la primera y última estrella de la noche, en su indiferencia sideral, y una señora riega los geranios del balcón. La vida siempre sigue. Y es este un ocaso caribeño, como si viésemos bañarse la última luz en un océano calmo.

viernes, 25 de mayo de 2012

ESPAÑA CAÑÍ

Esa gran gamberra que es Esperanza Aguirre nos ha dado entretenimiento estos días azuzando una polémica a la cual, yo al menos, no asistía en estos términos desde los debates colegiales de mi infancia. Básicamente la estrategia de distracción puesta en marcha por la presidenta madrileña se ha basado en recuperar esa cantinela pueril de que si son tan vascos y tan catalanes que no vengan a jugar la Copa del Rey y que por qué pitan el himno español y no puedo pitar yo Els Segadors o el himno vasco que no me acuerdo cómo se llama y que, en resumen, se vayan a tomar por culo todos los que no quieran ser españoles. Cantaba yo de pequeño, porque me hacía gracia y porque el anticatalanismo era propio de la formación de todo macho aspirante a formar parte de la manada ultrasur o frenteatlética, eso de "quisiera ser tan alto como la luna/ para poner los cuernos a Cataluña". Y en esas estamos otra vez, en fabulosa regresión a las peleas de pandillas de cuando íbamos de viaje de fin de curso a Lloret.
España es como es, un país de países donde la enseña nacional (y el himno) sólo nos representa cuando Iniesta marca gol. A unos les desagrada la rojigualda por que se sienten de su pueblo antes que españoles, a otros les suena mal el chunda chunda del himno por mero republicanismo y a algunos más toda esa parafernalia les chirría porque les recuerda a la derechona y el franquismo residual. Guste o no, así son las cosas y toca que fastidiarse si la gente pita el himno o abuchea a doña Letizia con todo lo guapa que es. Polemizar al respecto son ganas de agitar las aguas y ganar a rio revuelto algunos metros en esa huída hacia adelante de una derecha que, si fuera patriota de verdad, plantaría cara al diktat alemán que está hundiendo Europa. Menos banderitas y más coraje donde hay que tenerlo. Frente a frau Merkel, por ejemplo.
Y, por cierto, muy pertinente fue la alusión de Esperanza Aguirre a Sarkozy.  Efectivamente, tras un abucheo a La Marsellesa en un encuentro futbolístico entre las selecciones de Francia y Túnez, el maridito de Carla Bruni montó en sobreactuada cólera e impulsó una campaña ultranacionalista y propuso que los emigrantes besaran la tricolor e inició la deriva hacia la extrema derecha que se convirtió en las últimas elecciones en ingrediente principal de su discurso. Gracias a todo lo cual logró ser desalojado del Elíseo porque, al final, lo que preocupaba a los franceses no era si alguien se limpiaba el culo con su bandera sino la hecatombe económica que padecemos. Tome nota, señora presidenta. Sus incondicionales le reirán las gracias pero, tal vez, haya votantes sensatos del PP que acaben enviando a paseo a una lideresa tan enferma de frivolidad y tan poco atenta a las preocupaciones reales de la ciudadanía.

martes, 22 de mayo de 2012

MARBELLA, CIUDAD DEL PECADO

He reconocer que adoro Marbella. Su olor a putrefacción y buganvillas, su estrafalaria ostentación de estatuas rusas e idolillos enanos en las rotondas (como ese Jaime de Mora en bronce, sedimento de otro tiempo), el rococó arábigo de las mansiones,  las altas palmeras que dan brisa a los millonarios emboscados en la montaña, ajenos al turismo de alpargata que suda en los chiringuitos. Marbella no tiene medida y cien mil prostitutas se dan cita en Puerto Banús y es un mar en calma que agitan máquinas de navegación majestuosas como ferraris en un océano liliputiense, y el crimen organizado toma el sol en las piscinas, en un tictac muy lento de dry martinis.
Marbella hervía de rumores dispares en las primeras horas de la operación Malaya, había un clima de estampida y parecía que fueran a detener a media ciudad o tal vez a someterla a público ahorcamiento en la florida plaza consistorial, adonde acudía el gentío para insultar a esos mismos a los que, apenas meses antes, jaleaban en toda romería y convocatoria electoral.
 Los periodistas husmeábamos durante el día y nos emborrachábamos por la noche, como mandan los cánones clásicos de este oficio. Y escuchábamos todo tipo de historias acerca del imperio de corrupción que estaba a punto de desmoronarse. Algunas de esas historias hablaban de jueces. De jueces que, a lo largo de los años, habían mirado hacia otra parte a cambio de generosos agasajos por parte del poder local. Tal vez por ello, en esas primeras horas de la batalla, no era inhabitual encontrarse con numerosos escépticos, convencidos de que a este juez, como al resto, Roca y los suyos sabrían cómo pararle los pies.
Muchos jueces de enorme relevancia habían acudido a Marbella invitados por el astuto Jesús Gil. Marbella fue escenario de convenciones nacionales de jueces y magistrados como la que en 1992 organizó la APM o la que el propio CGPJ llevó a cabo en 1999 (http://www.elplural.com/2012/05/16/marbella-%C2%BFciudad-de-la-justicia/). Los gastos corrían al cuenta del generoso consistorio. Todos los gastos, subrayaba el confidente de turno. Y añadía el locuaz confidente que algunos estaban convencidos de la existencia de comprometedoras grabaciones realizadas con cámara oculta en la intimidad de las lujosas habitaciones de hotel donde los jueces y magistrados concluían sus largas y agotadoras jornadas.
El periodista dudaba (sexo, mentiras y cintas de vídeo -demasiado bueno para ser una noticia real-) y rechazaba tales rumores, inútiles sin hilo alguno del que tirar. Pero. ¿Por qué no? La verdad es que la realidad marbellí superaba en mucho a las ficciones hollywoodienses.
En Marbella hubo una juez, Pilar Ramírez, expulsada de la carrera judicial por tomar decisiones que favorecieron los intereses de Jesús Gil y, de paso, engordaron el bolsillo de la propia familia de la juez, con potentes intereses inmobiliarios en la ciudad. Gracias a la generosidad de sus colegas, que redujeron en todo lo posible su pena, hoy la juez ejerce en la cercana localidad de Torremolinos.
En Marbella, allá por 2001, desaparecieron numerosos sumarios de los juzgados. Hasta 15 pudieron ser sustraídos durante la primera (y frustrada) ofensiva judicial contra Jesús Gil (http://www.elmundo.es/elmundo/2001/10/11/espana/1002792085.html).
En Marbella el robo de esos documentos quedó sin resolver porque el agente judicial al que se investigó al respecto saltó desde una azotea (http://www.abc.es/hemeroteca/historico-04-10-2001/abc/Nacional/se-suicida-el-agente-judicial-de-marbella-detenido-por-el-robo-de-documentos-que-afectaban-a-gil_50711.html).
En Marbella todo era posible.
En Marbella el juez Urquía cobró miles de euros de Juan Antonio Roca, capo máximo de Marbella, y contribuyó a que el entramado corrupto se mantuviese en pie. Los funcionarios relatan cómo, a la llegada del juez Torres (el que puso en marcha la operación Malaya), Urquía pretendió entrometerse con objeto de vigilar al recién aterrizado y el propio Torres tuvo que echarle de su despacho en alguna ocasión. Eso cuentan. El hecho cierto es que Urquía cobró sobornos pero la jerarquía judicial le ha tratado con guante de seda (¿quizá porque papá fue reputado magistrado?), ha pretendido (sin éxito) rehabilitarle y, finalmente, le ha ayudado a eludir la cárcel (http://politica.elpais.com/politica/2012/05/19/actualidad/1337452407_710803.html).
Y, para cerrar el círculo, Marbella ha sido el destino de varios fines de semana caribeños del presidente del Tribunal Constitucional, el piadoso Carlos Dívar. Marbella ejerce, desde luego, una potente atracción  en jueces y magistrados. Marbella es la ciudad del pecado de la judicatura. Allí, en la noche aromatizada de flores podridas, cruzan sus pisadas el juez y el delincuente, el buen empresario y el malo, el jeque y el católico de estricta observancia, y los escoltas de unos y otros fuman juntos apoyados en los coches de lujo, y todo parece una novela de Ross McDonald. Demasiado bueno para ser real.
Pero en Marbella todo es posible.

miércoles, 9 de mayo de 2012

YO QUIERO SALIR EN LA PORTADA DE LA RAZÓN

Como un Andreas Baader o un Carlos con gafas estratosféricas de ligar en las boites del Berlín Oriental, como Angela Davis luciendo pelo afro, como Patty Hearst convertida en la camarada Tania del Ejército Simbiótico de Liberación o Malcolm X tras salir del encuentro que mantuvo con Fidel Castro en el hotel Theresa de Harlem. Así yo quiero ser un icono del ininterrumpido combate anticapitalista, un guerrero sonriente de la causa antisistema digno de figurar en la primera página de La Razón, allí donde se acusa a los sediciosos y se les señala. Ah, si yo fuera capaz. Si tuviera veinte años y pudiese repartir pasquines incitando a la huelga, a la sombra de las muchachas rojas, como literaturizase Umbral. Qué regocijo supondría que en las asambleas de la facultad los compañeros de insurgencia volviesen el rostro a mi paso y se dijesen: es él, el chico de la primera página. Qué envidia, amigos y amigas que habéis sido distinguidos por la ira ciega de esa portada acusatoria, con aspecto de haber sido impresa para pegar en las farolas con un Wanted debajo.
Como el Lute brazo en cabestrillo y dos guardias de adorno, como Patricio Lumumba en el último tren a Katanga, como Danny el Rojo cuando era rojo, como Bobby Sands en los murales de Belfast. como Mario Firmenich y Santa Evita, como Caracremada recibiendo una bala en el corazón cual Billy the Kid del Ampurdá. Así quisiera yo figurar para la Historia en la primera página de La Razón y que se me acusase de todo vicio, de disipación y onanismo, que se me incluyese entre los elegidos. La subversión no descansa y La Razón está ahí para apuntar con el dedo a la horda marxista que todavía pretende socavar los cimientos de la civilización occidental. Como Sandino, como Zapata a lomos de sus caballo blanco, como Camilo Cienfuegos refulgiendo al tercer día, como el mismísimo Jesucristo hippie que adornaba los dormitorios de los jóvenes inconformistas cristianos de los 70. Así quisiera yo ser inmortalizado en la primera página de La Razón y que se me rifen las estudiantes de Políticas y las militantes de las juventudes del PSOE. Ah, quién tuviera veinte años. Quién pudiera reinventarse en líder de una revuelta capaz de encender las alarmas en la redacción de la vetusta Razón, ¡busquen una fotografía de ese motherfucker!, imagino gritando a Carmen Morodo, tan guapa ella, subdirectora y tertuliana. Pero yo mismo enviaría tal foto, una foto en sepia, con gorra de medio lado y guantes negros muy brillantes, black panther de tez pálida. O una foto con el puño en alto sobre el podio como en unas olimpiadas mexicanas de hace lustros. La revolución siempre nos hace jóvenes y La Razón es nuestra revista Time pero en ridículo y yo lo que quiero es salir en su portada y ser admitido en el Panteón de los Insurgentes Ilustres. Bandiera rossa, bandiera rossa...

UN CONSEJO GRATIS, SEÑOR RAJOY

Vaya usted a ver Los idus de marzo, señor Rajoy, y fíjese qué tipo de asesores dirigen la campaña de George Clooney, en la película candidato demócrata sólo en apariencia cuasiangelical. Admire a esos mefistotélicos Ryan Gosling y Philip Seymour Hoffman, habilidosos para la trampa, capaces de gestionar cualquier hecatombe que se interponga en el camino. Asesores políticos sin miedo a contradecir a su patrón y, sobre todo, dotados de una inteligencia estratégica que les permite anticiparse a los acontecimientos. Ninguno de los dos hubiera permitido que hiciese usted el ridículo quedándose como ido frente a los periodistas que le aguardaban en los pasillos del Senado. Ni tampoco creo que estuviesen muy de acuerdo con esa política consistente en negar lo que, de modo inminente, tiene que ejecutarse. Ni, desde luego, asentirían ante el burdo intento de ensuciar de palabrería confusa las decisiones gubernamentales para que, con suerte, cuele una subida del IVA o un copago sanitario sin que se percate el elector. El elector es imbécil sólo hasta cierto punto. Por eso resulta contraproducente la propaganda de esos aduladores que, a la espera de ver si les cae algo en RTVE y se salvan del ERE nuestro de cada día, le lustran las botas desde las páginas de La Razón, ABC o La Gaceta. Me refiero, por ejemplo, a esa obra maestra del servilismo, la cursilería y la mera idiotez que es el artículo que el pasado sábado se publicó en el diario que dirige Marhuenda y en el que se relataba que usted viajó a Quintos de Mora con un tupper en el regazo para disfrutar junto a sus esposa e hijos de una cena recalentada. Encima los de La Gaceta, en un ataque de celos adolescente, se han enfadado y han aireado que de eso nada y que no cenó tupper y que ni siquiera estuvo usted en Quintos de Mora. Con amigos así, señor Rajoy, sobran los enemigos. Tal propaganda socava la imagen del gobierno porque está diseñada por idiotas que piensan que la gente es aún más idiota que ellos (cosa difícil) y la gente, repitámoslo, es idiota sólo hasta cierto punto.
Hay una expresión muy utilizada en la jerga de los asesores de comunicación estadounidenses: "control de daños". Cuando algo se ha jodido y no hay arreglo ni ocultación posible, no te empeñes en otra cosa que no sea minimizar el desastre. Si va a demoler el Estado del Bienestar, señor Rajoy, construya, al menos, un relato épico ("sangre, sudor y lágrimas", ya sabe) que permita a sus votantes echar mano de un argumentario válido. Lo contrario es precipitarse al abismo y, si la cosa sigue así (y dado que soy de izquierdas, lo espero), estoy de acuerdo con David Gistau en que usted pasará a la posteridad como el único presidente que en España aguantó una única legislatura.
En fin, por mí estupendo pero no creo que a usted le valga perder intención de voto a razón de un punto por mes (ese es el resultado a leer en el último CIS, aunque seguramente sus asesores le dirán que no, que tampoco está tan mal, que vamos a tope y que usted es más guapo de Hollande). Siga así, presidente, qué caramba. Con ministros de no saben y no contestan o que contestan sin saberse del todo la lección y una Cospedal tan sobreactuada que parece una folclórica y un ministro del Interior que transmite tal tristeza que no sabemos si lo que anuncia es bueno para España o le apena profundamente. Asesores, esa extraña raza que nos fascina en las películas estadounidenses, maquiavélicos calculadores que juegan con la opinión pública y los medios de comunicación. Para bien o para mal, aquí no existen. Aquí, generalmente, son unos señores o señoritas a los que se les ha premiado con un puesto en el departamento de comunicación por su buena conducta ante el partido y su fidelidad a la causa. Así nos va, señor Rajoy. Así le va a usted, me refiero. Por mí, le repito, fenomenal.
Y otro día, si quieren, hablamos de la estrategia de comunicación de PSOE o de IU (aunque me temo que, en este caso, tal concepto ni existe -una pena-). Bueno, eso. Políticos de Dios, vean Los idus de marzo.

lunes, 7 de mayo de 2012

¡MADRID RESISTE!

Tarde de domingo en Madrid. Antigua Tabacalera, cerca de la Glorieta de Embajadores. En el patio central hay un viejo punki que cuida el huerto, negros que tocan timbales, rehabilitados de Proyecto Hombre arrancando a una guitarra guiños flamencos, adolescentes de ensoñaciones rastafaris. Pero también familias de paseo con prole de críos y abuela a bordo, grupos de treintañeros ociosos, parejitas que comen pipas y admiran un mural de la pared mientras en la esquina moros y cristianos comparten humo de kif. En este puerto franco toda marinería es bien recibida. La Tabakalera representa un nuevo modelo de gestión ciudadana: la administración (sin recursos, sin inventiva, sin ganas) cede un esqueleto de óxido y paredes vacilante al activismo vecinal que se vertebra en torno al movimiento okupa, grafitero, alternativo. Y de ello resulta este centro de actividades diversas (yoga, teatro, cine, mojitos, hachís) y enorme belleza. Ha sucedido también con El Campo de la Cebada, surgido de la transformación de un solar que nació con la demolición de un viejo polideportivo en pleno centro de la ciudad. Ahora juegan los niños, se organizan conciertos al aire libre, se pasan películas. Madrid resiste. Madrid es una ciudad indestructible. En plena crisis, con los bares semivacíos y la chavalería bebiendo calimocho en cualquier rincón meado, Madrid planta cara y surgen iniciativas que demuestran la vitalidad de una urbe que nunca se da por vencida.
Está La Casa de la Portera, improvisado espacio teatral en unos pocos metros cuadrados, en una vieja vivienda reconvertida a la bohemia. Igual que está el Microteatro por Dinero, allá por la calle de la Ballesta, con representaciones efímeras en las estancias de un viejo puticlub.
Están los artistas como mi amigo Manuel Cuesta que, además de sus actuaciones en locales, canta y toca, toca y canta (a un módico precio), para quien quiera verle en su propio domicilio vallecano.
Está cada martes (de siete a diez) Microabierto, en el café Libertad, donde todo músico puede subirse al escenario y hacer de su capa un sayo.
Está el Dog&Roll donde, cuando le apetece a Rubén, se invita a un rockero que tenga valor para actuar desenchufado, a escasos palmos del público.
Está la gran escena con sus montajes teatrales subvencionados a manos llenas y está la Sala Cuarta Pared, que ahora mismo llena sus butacas con un hermosísimo ejercicio de relato escénico: El chico de la última fila de Juan Mayorga.
Está Malasaña, reventona de madalenas azul pitufo y tiendas de ropa de segunda mano y cafés y barras de zinc que aguantan el paso de los siglos.
Madrid es la ciudad que, contra todo pronóstico, resistió al asedio franquista hasta el final de la guerra y se iba de paseo y al cine y a los teatros después de cada bombardeo de la aviación sublevada.
Madrid, con crisis o sin crisis, alza la cara y hace de la insolencia su bandera.
Madrid es una tarde de domingo en la que, en el patio de la antigua Tabacalera, juegan los niños al escondite, comen pipas las parejas de enamorados, fuman un cigarrito jubilados de la toxicomanía y sueñan revoluciones tiernos perroflautas de dieciséis años.

viernes, 27 de abril de 2012

¡DEFRAUDADORES!

Ante la monstruosa cifra del paro el gobierno tiene una respuesta: la caza del desempleado. Se examinarán con lupa las cuentas de los parados pues el gobierno sospecha la existencia de mucho desaprensivo que se echa unos euros al bolsillo mediante chapucillas y faenas de aliño, aun cuando el Estado se desvive y concede graciosamente 900 euros a tanto vago que hay en este país. Sí, señor. Mano dura. Todos conocemos a mucho parado que esquilma a la administración y lleva una vida de disipación, champán y mujeres a costa de lo público. Defraudadores casi tan despreciables como esos ancianos que fingen dolencias para inflarse a pastillas o los ecuatorianos que enferman de cáncer aposta aunque carezcan de papeles en regla. Lo bueno es que Hacienda tiene ahora personal de sobra para dedicarse a apretar las tuercas a los parados gracias a la reciente amnistía fiscal que ha hecho justicia con tanto emprendedor. Además, con el dinero que se logre ahorrar del subsidio cancelado a tanto defraudador habrá fondos para ofrecer una nueva ayudita a los bancos o pagar la Formula 1 en Valencia u organizar una misa con legionarios. La verdad es que no se podía consentir tanto parado rechazando jugosas ofertas de trabajo como esa de escribir artículos a 3 euros la pieza o la más común de no cobrar absolutamente nada. Pero ¿y por qué cobrar? ¿Desde cuándo cobrar por trabajar es un derecho? Son las ideas disparatadas que tanto daño han hecho a Europa y que ahora nos pasan factura. Gracias, señor Rajoy. 

martes, 24 de abril de 2012

HACIA NUESTRO DÍA DE LA IRA

Comentaron a doña Letizia:
- El pueblo protesta. Tiene hambre. Le falta pan.
Replicó la princesa:
-  El pueblo. Oh.
Y añadió:
- Que coma cruasans. El pueblo.
Europa ha puesto el reloj marcha atrás y a toda velocidad nos dirigimos hacia los días de María Antonieta, Dickens, Léon Blum y el chachachá. Europa sufre convulsiones de parto y lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer pero, de todas todas, algo sucederá. Madame Le Pen ha capitalizado en Francia el voto antisistema porque se ha atrevido a presentarse al electorado como la fuerza de choque del rupturismo. Frente al peligro pardo, una socialdemocracia funcionarial que, repentinamente, ha salido de su letargo, François Hollande y sus gafas de burócrata. Pero existe otra socialdemocracia, una socialdemocracia armada que toma las calles y que todavía no ha tomado conciencia de su propia existencia. Me refiero a eso que fue el 15M ahora diluído en otras mareas de protesta y en la rebelión que viene, aún por inventar. Socialdemocracia revolucionaria como la que propugna Kicillof, el joven caudillo de la Argentina expropiadora. Socialdemocracia que propone no jugar permanentemente con las reglas impuestas por el contrario. Socialdemocracia que los moderados denominan populismo y cosas aún peores.
Ruptura o barbarie. En contra de lo que sostiene Joaquín Almunia, que estos días se revela como perfecta muestra de esa clase de político profesional que ha conducido la democracia a su grado cero. Joaquín Almunia fue el líder del PSOE que pactó un acuerdo con IU para las elecciones generales del año 2000. Aquel convencido del frente común de izquierdas es hoy comisario europeo y defiende con vehemencia los recortes en el Estado del Bienestar. Joaquín Almunia, dirá el periodista de orden, es un político de altura: capaz de ubicarse donde conviene en cada ocasión. Exactamente el tipo de político que ha de ser barrido del mapa si queremos que la democracia sobreviva y que el totalitarismo de nuevo cuño que se está imponiendo se astille definitivamente.
Necesitamos un día de la ira. Una jornada de protesta que alcance la dimensión necesaria para que quienes gobiernan detengan el paso y teman las consecuencias. Necesitamos mostrar los colmillos y no digo más no sea que Jorge Fernández Díaz, beato y mártir, me envíe a un lóbrego calabozo por integración en banda armada y ofensas al Santo Padre. Que, por cierto, a esta paso va a salir más a cuenta integrarse de verdad en una banda armada que sentarse en una plazoleta y ofrecer una flor a un policía, dado que ambas cosas acarrearán una calificación penal similar. Y es que don Jorge Fernández Díaz, a quien Dios guarde en su seno, cree que entre Joan Baez y Andreas Baader no hay diferencia alguna. Ateos ambos, al fin y al cabo.
Doña Letizia miró a lo lejos y arrugó, en la medida de sus posibilidades, el ceño. El pueblo no se conforma ni con cruasans, jolín.

viernes, 20 de abril de 2012

ESTOY DE LO MÁS ANTIPÁTICO

Lo malo de estos tiempos es que a uno se le agría el carácter. Tienen razón los Marlango, que en una entrevista concedida al diario monárquico El País decían que, frente a la crisis, "hay que ser feliz, hay que ser feliz, hay que ser feliz". Woody Guthrie escribió en su guitarra "This machine kills fascist" y es prácticamente lo mismo. Tampoco hay que dramatizar. Yo, como Kafka, podría anotar en mi diario: "El gobierno aprobó el copago y subió las tasas universitarias. Por la tarde, me fui a nadar". ¿Pero de qué habla este señor?, se preguntarán. Y cuánta razón tienen. Meros soliloquios a la espera de un buen reventón social que nos conduzca a alguna parte. De momento, mientras España se hunde, recibimos bofetón tras bofetón sin apenas inmutarnos y aquí el único Johnny que ha tomado el fusil es el actor Willy Toledo, al cual el próximo Código Penal que a golpe de cilicio prepara Jorge Fernández Díez dedicará gran parte de su articulado. Willy Toledo será enviado a un CIE y se le afeitará la barba.
Estoy de lo más antipático, lo admito. Ya ni los jueves por la noche se puede salir. Me reconforta, eso sí, contemplar a esa juventud que no se arredra y los fines de semana consume enormes cantidades de cubos repletos de botellines de cerveza en La Sureña y luego mea las esquinas construyendo de este modo un futuro mejor. 
Mi antipatía llega a tal extremo que casi no me río con los niños chinos que salen en la tele con la cabeza atrapada en agujeros de casas semiderruidas.
También les digo una cosa: hace un tiempo malísimo.
En cuanto al fútbol, bueno, sí, es un consuelo, pero el Rayo no va todo lo bien que uno quisiera.
La vida son cuatro cafelitos, tal y como sostienen Beteta y Echániz. El gobierno del Partido Popular está empeñado en que la gente deje de tomar café. ¿De dónde viene esa obsesión? El café es uno de los males de España, junto al Estado de las Autonomías y la Sociedad General de Autores.
Pero en España, realmente, no sucede nada. Basta con echar un vistazo a la revista Rockdelux. Las mismas pelambreras, los mismo botines, las mismas camisas de leñador, Javier Corcobado. Yo de la revista Rockdelux entiendo muy poco pero una extraña pulsión me lleva cada mes a gastarme cinco euros diez para tenerla entre las manos. Queda muy bien sobre la mesilla de noche, es como la botella de Jack Daniels.
Me da por pensar cosas raras. Por ejemplo, ¿qué pasó con esos pósters de nuestra infancia como el que salía Charlot y abajo (o arriba) el texto: "si lloras por haber perdido el sol, tus lágrimas no te dejarán ver las estrellas"? ¿O el del Jesucristo hippy con el rótulo Se Busca? ¿Y Rabindranath Tagore?
También me viene a la cabeza un suceso inquietante. Cuando los Anonymus hicieron públicas las direcciones de un puñado de artistas para protestar contra la SGAE o a favor de la piratería o por lo que sea que proteste Anonymus, ¿por qué entre esos artistas señalados estaba Willy Montesinos, que vive tranquilamente en un pueblo de la Comunidad Autónoma Madrileña? ¿Le confundieron con Willy Toledo? ¿Hay algo más humillante?
Estoy de lo más antipático y sólo mi gata me entiende. Debe de ser la histeria primaveral esa.





jueves, 19 de abril de 2012

LA MONARQUÍA Y LO QUE EN LOS PERIÓDICOS NO ESTÁ

La imagen patética de un monarca excusándose por haber sido sorprendido en una de sus habituales juergas cinegéticas le ha parecido de lo más honrosa a la práctica totalidad de la prensa convencional. Nos quedan, menos mal, los francotiradores de guardia (Josep Ramoneda, Maruja Torres,...) que colocan en tan penoso panorama sus opiniones críticas al respecto. Pero, más allá de las vicisitudes de la familia real y las consiguientes polémicas, la cuestión de fondo, en este caso concreto como en otros muchos, es la distancia sideral existente entre la opinión que hallamos en las páginas de los periódicos y la que se expresa a través de las redes sociales. Y lo que es peor, ya no sólo en materia de opinión sino en cuanto a pura y dura información, medios tradicionales y universo virtual parecen habitar planetas diferentes. Porque demasiadas veces, ciertas informaciones de las que tendrían que abastecernos los periódicos han de rastrearse por otras vías. Me refiero, por ejemplo, a la reciente muerte de un joven a causa del impacto de una pelota de goma lanzada por la policía autónoma vasca. El enorme escándalo y debate que tal suceso produjo en la red no se reflejó en su justa medida por parte de las cabeceras tradicionales de la prensa española. ¿Que la policía mate (sea por accidente o negligencia) a un joven no es un hecho lo suficientemente noticioso? Evidentemente lo es pero da la impresión de que la agenda de los medios convencionales y la de la redes sociales discurren por diferentes trayectorias, alejadísimas entre sí. Se me ocurre otro ejemplo más: en pleno temporal hispanoargentino TVE decidió (¿como parte de las represalias anunciadas por el gobierno?) suspender la emisión del capítulo de Españoles por el mundo dedicado a la Patagonia. La mofa ante tan estúpida decisión se extendió por las redes y el detalle puso en evidencia la sobreactuación del ejecutivo de Rajoy con motivo de la expropiación de YPF. El detalle revelador apenas tuvo mención en la "prensa seria".
Las empresas periodísticas llevan tiempo obsesionadas por reinventar su modelo de negocio y expandir su influencia en la red. Pero esa obsesión suele traducirse casi exclusivamente en presuntas mejoras técnicas, búsqueda de herramientas que epaten al lector, variaciones continuas en el diseño de las páginas. Como si cambiando el envoltorio los veleidosos lectores fueran a emprender el regreso al hogar. Como si los contenidos careciesen de importancia.
El problema es que en twitter o en la blogosfera encontramos lo que en los periódicos no está. Opiniones irreverentes, libertad de criterio absoluta, informaciones ajenas a toda corrección o conveniencia, investigación sin cortapisas, análisis heterodoxos. También una enorme cantidad de imbecilidades, chistes sin gracia, falta de rigor, linchamientos injustos. Es una jungla, sí, pero en esa jungla, con las coordenadas adecuadas, podemos hallar una aproximación a la verdad que, hoy por hoy, resulta mucho más ajustada que la que los medios convencionales nos ofrecen.
Y más allá de lo virtual, merece una mención la exitosa salida al mercado de la revista satírica Mongolia, editada en papel y cuya repercusión con un solo número en la calle ha dejado en ridículo a todos aquellos que pontifican sobre lo adecuado y lo inadecuado, sobre las obligaciones tecnológicas, internet y pamplinas varias.
Amo los periódicos, disfruto manchándome los dedos de tinta cada mañana, pero de modo cada vez más habitual me sorprendo con la prensa a medio leer acudiendo a las redes sociales y blogs para saber qué es lo que está sucediendo, qué opiniones o análisis pueden enriquecer mi visión del mundo, cómo reirnos en estos tiempos tragicómicos que vivimos. Naturalmente que gran parte de los periodistas y columnistas que me interesan siguen publicando en los medios tradicionales (Miguel Mora, Jacinto Antón, Antonio Muñoz Molina, David Gistau, Manuel Hidalgo, Claudi Pérez, Xavier Vidal-Folch, Joaquín Estefanía...). Pero cada vez hay más en la periferia virtual, en ese embrollo de blogs y publicaciones digitales y cuentas de twitter.
En twitter, precisamente, se escucha hoy el clamor de quienes no ven reflejada en las portadas de la prensa escrita la pluralidad de este país. Y así, con la desconfianza de los usuarios de la comunicación en ascenso, no hay modelo de negocio que valga.

martes, 27 de marzo de 2012

A LA HUELGA, CAMARADAS

Desde mi exilio palermitanoporteño conmino a la revuelta, me sumo a las filas de los insurrectos, enarbolo la bandera del paro general. ¿Venceremos? Bueno, hay un pequeño problemita. La clase asalariada se halla sumida en el pánico, medrosa de que le arrebaten el pan de sus niños (con cierta razón) y súmese a ello la legión lumpenproletaria en la que el sistema ha convertido a la juventud trabajadora, devastada por el analfabetismo, la precariedad y la mera idiocia. Mas no hay que desesperar. Cunda el optimismo. Manténgase alta la moral. Las vanguardias han sido siempre quienes han torcido la Historia en la dirección correcta. Una vanguardia que pelee en serio puede marcar la diferencia este jueves. Ardan las calles, qué demonios. Tome los bulevares esa otra juventud que, como decía el cura ese de cuando Franco, aguarda. Hay una juventud que aguarda hoy también pero no sale en la tele. Y qué suenen las trompetas de la revolución. Regresen los perroflautas a primera línea de la batalla. Energía positiva, reclamaría un jipi de antaño o un firme creyente en las constelaciones familiares de nuestros días actuales. A ello.
¿Venceremos? Pues, para empezar, con las huelgas, como con el gazpacho o la tortilla de patatas, lo mejor es la receta tradicional: tomar las ciudades y pueblos y que la presencia masiva de los insurgentes convenza a los poco convencidos. ¡Presión intolerable!, clamará el moderado. Sin acordarse de la palmada en la jeta que, antes de irse a casa, le obsequió su directo superior a la vez que comentaba: "No me irás a hacer huelga, ¿eh, Martínez?". En plan simpático. O sin simpatía alguna en el caso de que en vez de corbata el asalariado luzca gorra y camisola: "El jueves todo el mundo aquí, no quiero gilipolleces". Demagogia, sin duda, pero ¿a qué a todos nos suena?
En fin, que nada, que sólo quería lanzar al eter del hiperespacio mi rotundo apoyo a la huelga general. Como carezco de empleo no puedo ejercerla pero a lo mejor lo que hago el día 29 es no ducharme. No, es broma. A la huelga.

jueves, 22 de marzo de 2012

PERIODISMO Y CAMISETAS

De la salud pésima del periodismo en España es buena prueba la información del diario El País (http://politica.elpais.com/politica/2012/03/21/actualidad/1332366527_749675.html) acerca de las maniobras del diario El Mundo para que dos testigos del 11M cambiasen su declaración en el juicio. Vayamos a lo más grave del asunto. No tanto que dos periodistas presionasen y ofreciesen regalos a dos testigos como QUÉ REGALOS ofrecieron. Por Dios y por la Virgen. Rupert Murdoch y su gente de los tabloides se gastan las libras que haga falta y tienen sobornado a medio Scotland Yard mediante espléndidas regalías en forma de pasta gansa, deportivos, prostitutas y botellas de champán. Si es necesario estoy seguro de que Rebeca Brooks es capaz de ofrecer su propio cuerpo en pago a una información realmente apetitosa. Eso es periodismo de nivel. Aquí los compañeros del diario El Mundo pretendieron ganarse a las dos testigos regalándoles ¡CAMISETAS DEL REAL MADRID! Estaba claro que no iba a funcionar. Y no funcionó. ¿A qué punto de degradación está llegando la profesión de reportero en España? ¿Esto es periodismo de investigación? Esto es una mierda, caballeros. Con dos camisetas del Real Madrid no vamos a ningun parte. Qué pronto se nos vislumbra el pelo de la dehesa; qué país, Miquelarena.
Señores. Bernstein y Woodward, Zola, Michael Herr y Ed Murrow jamás cayeron tan bajo como para recurrir a dos tristes camisetas del Real Madrid. Obsequiarían habanos, meretrices asiáticas, jovencitos, maletines repletos de millones de dólares, rubíes. Pero ¿camisetas? Si al menos hubieran estado firmadas por Cristiano Ronaldo.  Ni eso. Qué falta de rigor.
El periodismo de investigación es una cosa muy seria. Bien lo sabe don Emilio Rodríguez Menéndez. Que tomen nota los compañeros del diario El Mundo. Si hay que ejercer presión, nada de camisetas: vídeos comprometedores, billetes en bolsas de basura, una pistola en la cabeza, qué sé yo. Pero ¿camisetas? No, no y no.
 O, como mínimo, la equipación completa.
 

miércoles, 21 de marzo de 2012

IMPRESIONES DESDE ALLÁ AL SUR

Las primeras lluvias torrenciales anuncian la clausura del verano austral, aquí, al sur, en un Buenos Aires donde el aire pesa, truena el bochorno y en Palermo crecen sillas donde abrevan las pájaras más dulces del país. Es una frase. No me malinterpreten. Me gusta escribir sin pensarlo mucho, disfrutando del mero placer de juntar palabras. Aquí en Buenos Aires, por cierto, las palabras todavía gozan de cierto prestigio, me refiero a las que se obsequian en tinta sobre papel, y los kioscos lucen un andamiaje de publicaciones diversas y las librerías son un gozo exultante. Eterna Cadencia (también editora de títulos propios) es una de mis preferidas. Sobre todo porque también dispensan tragos y sirven un gintónic más que aceptable, así que puede disfrutarse a un tiempo de la literatura y de la dipsomanía (dos de mis actividades preferidas). Libros y tormentas, Buenos Aires hacia el fin del verano.
Fumo un cigarrillo acodado en el balcón y miro pasar los perros y el cielo se pinta de color rosa para el crepúsculo, diseminando las nubes, y camino un rato, suena el tren, desayuno medialunas de grasa, aguardo la oportunidad, El Gran Sueño Argentino, eso he venido a buscar, creo.
Escasea el salmón para el sushi pero las milanesas continúan extraordinarias, qué caramba, y yo estoy siendo paseado como un especimen que aquí miran con curiosidad: el desempleado español, del que tanto se habla en todo el mundo. Pero bueno. Tampoco dramaticemos. Concluído queda el documental El oficio de cantar realizado con motivo del nuevo disco de Ismael (Todo empieza y todo acaba en ti) y casi finalizado está el videoclip que ambos dirigimos y la vida nos ofrece nuevas rutas, porteñas quizás.
Desde el sur contemplo el mundo y tan ancho ya no es, hablo a diario con España y me entero de que un ex ministro de Aznar ha sido condenado a cárcel pero, a la vez (qué curioso), no ingresará en prisión, y también de que el ex director general de trabajo de Andalucía gastaba 25.000 euros al mes en cocaína, lo cual ha abierto un debate muy encendido sobre lo cara que está esa droga en Sevilla, inaceptable en plena crisis. Vamos, que estoy al día, no se preocupen.
En fin, nada, notas dispersas sobre un aterrizaje reciente (previo al cual las azafatas de Aerolíneas Argentinas me expulsaron con malas maneras de la primera clase, donde apenas pretendía saludar a un conocido, se ve que tengo cara de clase turista o me delató la remera barata y parecía como cuando en Titanic la chusma pretende asaltar los botes de los privilegiados y les repelen a palos y sólo faltó que saliera el comandante con una pistola, ¡gracias, Aerolíneas!). Notas dispersas, digo, de un aterrizaje reciente. Seguiremos informando y que Dios reparta suerte.

viernes, 2 de marzo de 2012

OH, DISTURBIOS

En primera de toda la prensa de derechas, calles ardiendo. Barcelona parece conducirse hacia una nueva Semana Trágica, si atendemos a lo que vociferan los propagandistas de nuestros tabloides de andar por casa. Mamá, pupa, musitan mientras los moderados, teorizando sobre la futilidad de toda violencia. Y, sí, la violencia es repudiable, es fea, no atiende a razones, pero ¿a alguien ha de extrañar que la indignación estalle en forma de cristales rotos? "Si no es ahora, ¿cuándo? Si no somos nosotros, ¿quienes?" se preguntaban los jóvenes que, en los 70, posaron para la posteridad con boinas ladeadas, brillantes guantes de cuero y pistolas, de Berlín a Bolonia, de Belfast a Beirut.
Ironizaba Francisco Umbral cuando era rojo: "Con el Muro vivíamos mejor. A este lado, por supuesto". Visto lo visto, no le faltaba razón al fenecido cínico. Tal vez los tanques del Pacto de Varsovia salvaguardaban nuestro querido Estado del Bienestar y liquidada por derribo tal amenaza, ya no hace falta concesión alguna al populacho. Despido libre, semiesclavismo laboral, vuelta a la sanidad y la educación de pago, restricción de todo gasto público. Eso es el programa que nos impone la Europa de Frau Merkel. Lo cual se va a traducir en toda una generación triturada, sin horizontes, empujada un escalón hacia abajo en lo social, hacia la pauperización o la marginalidad. ¿No resulta, por tanto, casi comprensible que los chavales rompan escaparates como forma de exteriorizar su rabia? Sobre todo, teniendo en cuenta que la derecha se muestra dispuesta a ser implacable, a no ceder.
Oh, disturbios. Sí. No son deseables, por supuesto. El 15M demostró que la opción pacífica puede lograr resultados si se adoptan nuevos mecanismos de acción, si se desobedecen las reglas establecidas para la protesta y se reinventa la rebelión. Pero el 15M se ha sumido en un letargo del que, por ahora, no se despereza. Han tomado el relevo los bachilleres, los universitarios, la juventud que se niega a asemejarse a esa tropa lobotomizada que aparece en los reality shows de la televisión haciendo orgullosa gala de su imbecilidad.
"He visto las calles ardiendo otra vez" cantaban los Kortatu allá por los lejanos 80. Oh, disturbios. Quien siembra vientos, recoge tempestades, sentencia el tópico. Las calles arderán si el sistema no se corrige y si, en vez de atender a las reclamaciones de los desposeídos, como en el viejo chiste que se relata en la película francesa La Haine, mientras caemos al vacío nos limitamos a repetir una y otra vez: "Por ahora todo va bien".

viernes, 24 de febrero de 2012

A PROPÓSITO DE RIDAO

Me gustaría, por curiosidad, visitar esa España donde vive José María Ridao. Una España en la cual, con respecto al triple proceso abierto a Garzón, existe un "clima de unanimidad" mediático y los comentaristas de la prensa, al unísono, afirman que "o bien el Tribunal Supremo habría caído en manos de un franquismo redivivo que aspira a apoderarse de las instituciones democráticas, o bien la animadversión de los magistrados hacia un juez de renombre habría puesto en marcha una maquinación para satisfacer los más bajos instintos". Entiendo que a José María Ridao le cause repugnancia leer otra cosa que no sea el diario El País (aunque tampoco ahí he hallado tal zafiedad argumental) así que me veo en la penosa obligación de comunicarle que, en la España de nuestros padeceres, hay cuatro periódicos de la derecha montaraz, una radio del clero, TDT's varias y francotiradores emboscados en la red que llevan meses presentando a Garzón como un prevaricador y un delincuente peor que Bin Laden. Unanimidad, poca. Hubiera sido raro. Este "pueblo de cabreros" (que poetizara Gil de Biedma) no suele avenirse a unanimidades.
En cuanto a la presunta falta de debate serio sobre las razones jurídicas de la condena a Garzón que Ridao denuncia en su artículo de El País Los porqués de una sentencia, tampoco está claro que se haya dado. Recuerdo en las mismas páginas del diario donde escribe Ridao artículos muy interesantes sobre la argumentación jurídica que puede sostener el que se ordenen escuchas entre abogados y detenidos. Por no hablar de los numerosísimos análisis que ha aportado también allí José Yoldi, seguramente el más brillante cronista de tribunales que tenemos entre nosotros. También en El Mundo, ABC y La Razón se han ocupado de dar claves jurídicas para la condena a Garzón. Y en la saturada y por tanto ya seminvisible blogosfera recomiendo encarecidamente el artículo de Íñigo Saénz de Ugarte sobre la sentencia de marras: http://www.guerraeterna.com/garzon-y-el-derecho-de-defensa/ 
Luego está la irritante comparación que hace Ridao entre la corriente de opinión mediática y popular favorable a Garzón que ha traspasado nuestras fronteras y las teorías conspiranoicas del 11M instigadas por cínicos, malvados e imbéciles para poner en cuestión la victoria de Zapatero en las urnas. Ahí Ridao, sin pensárselo dos veces, entra directamente en el terreno del insulto. Insulta a los muchos lectores del diario El País que ven, en el contexto de los procesos a Garzón, más sombras que luces. E insulta al propio diario en el que escribe, al cual, de un plumazo, coloca a la altura de los pasquines locoides donde se acusa a Zapatero y Rubalcaba de volar los trenes de Atocha. En ningún caso ha habido en los medios de comunicación progresistas "elucubraciones sensacionalistas" equiparables a la repugnante campaña conspiranoica del 11M.
Sobre la habitual tendencia de Ridao a sugerir que sólo algunos elegidos tienen derecho a opinar de ciertos asuntos graves, ininteligibles para el ciudadano de a pie, corramos un tupido velo. Es un mecanismo de defensa de una presunta élite tan gastado como fuera de lugar. A la gente corriente si se le explican las cosas, las entiende. Véase el caso de la economía y Krugman y Judt, ambos excelentes divulgadores que nos han hecho comprender muchísimas cosas. A juicio de algunos, demasiadas.
Y luego hay unos cuantos párrafos sobre el "periodismo de investigación" y la inconveniencia de las filtraciones. Afea Ridao a la prensa española que publique filtraciones de sumarios proporcionadas por partes interesadas de los procesos y sostiene que Bernstein y Woodward jamás lo hubieran hecho. Tal vez. Pero lo cierto es que en los últimos libros publicados acerca del Watergate (incluídos algunos firmados por el duo de legendarios reporteros) se tiende a la desmitificación y se admite que Garganta Profunda no tuvo nunca motivos altruistas sino que se movió por una compleja mezcla de resentimiento, afán de agitar peleas internas en ciertos círculos de poder y cálculo estratégico. Ni el Watergate es lo que era ni nuestros periodistas que acogen filtraciones relevantes son más o menos puros y castos que Bernstein y Woodward.
Si el objetivo último de Los porqués de una sentencia era provocar indignación y polémica, objetivo cumplido. Si pretendía añadir claridad al análisis de lo que ha ocurrido con el juez Garzón, la aportación resulta de lo más pobre. Porque, además, la clave donde se revela la podredumbre oculta tras el triple proceso no está en lo jurídico sino en el contexto (coincidencia de tres ofensivas judiciales en el tiempo, colaboración juez-acusaciones particulares, desproporción, excepcionalidad...).
En todo caso, agradezcamos que Ridao estuviera de buen humor y no nos llamase marrulleros ávidos de poder, cosa que sí le sucedió hace poco a Rubalcaba. Sólo ha sugerido que, quienes defendemos que en el triple proceso a Garzón hay algo turbio, somos igual de abyectos que aquellos que construyen teorías en las que el 11M es fruto de la colaboración de socialistas, servicios secretos, yihadistas y etarras. Eso no me lo dice usted en la calle, exclamaría el castizo. En fin.
Y por cierto, utilizar media docena de veces lo de "elucubraciones sensacionalistas" a lo largo del artículo me parece un exceso estilístico. 
El problema de Ridao es que hace buena la celebérrima frase de Pasionaria
- Intelectuales, cabezas de chorlito.